Entrega Reto 4 "Diseña colaborativamente tu proyecto público" #INAPGobiernoAbierto

Buenos días:

En este último Reto del curso "Fundamentos del Gobierno Abierto" del INAP se nos pide que pensemos en un proyecto público que necesite una actualización o cambio de rumbo, planificando para ello un diseño colaborativo a través de la participación implicando a varios actores clave en el proceso.

En mi caso concreto no puedo proponer ninguna acción en mi área de actuación profesional dado que trabajo en el departamento de nóminas de un Organismo Autónomo. Si bien es cierto que dicho Organismo Autónomo se encuadra en el área de las políticas sociales, y más concretamente en la de los servicios públicos a personas mayores (residencias, centros de día, etc.), voy a tratar de hacer una propuesta en torno a ello:

IDENTIFICACIÓN DEL PROYECTO, ÁREA O SERVICIO:

A día de hoy todo lo referente a los servicios que se ofrecen a las personas mayores en este tipo de centros viene determinado por algo totalmente encorsetado: residencia o uso en determinadas horas, ocio predeterminado, alimentación predeterminada... Cuando lo correcto sería que pudiese haber más participación tanto de los usuarios finales como de los profesionales que prestan dichos servicios y/o atenciones principales así como los secundarios, incluidos los suministradores o proveedores (por ejemplo, de productos alimentarios o de ocio).

ACTORES IMPLICADOS:

Esto podría conseguirse involucrando a todos:

-       Usuarios: Deberían poder proponer en cada centro de mayores las actividades que les gustaría hacer, los servicios que les gustaría disfrutar en sus centros (de ocio, de salud como masajista, manicura, etc.) y qué comidas y bebidas les gustaría que hubiese.

En el caso de mayores con capacidad mental mermada, podrían suplirles en dicha participación sus familiares o tutores/curadores.

Dicha participación no acabaría ahí, y debería hacerse extensible a la posibilidad real de plantear mejoras en la prestación de los servicios ya existentes.

-    Empleados y profesionales: Evidentemente debería haber profesionales de distintos perfiles (TCAE, Auxiliares de Servicios, Conductores...) que diesen su opinión profesional sobre dichas propuestas y su viabilidad; pero no sólo eso, ellos también podrían proponer cambios o mejoras que redunden en la calidad del servicio.

-        Proveedores o suministradores: De distintos tipos y perfiles:

o   Si, por ejemplo, los usuarios plantean determinados menús que validan los profesionales sanitarios, los proveedores podrían participar en cuánta cantidad o de qué calidad son necesarios los alimentos o proponer alternativas cuando exista desabastecimiento de determinados productos, o su precio exceda lo recomendable para la correcta prestación del servicio según la Ley de Contratos del Sector Público.

o Si, por ejemplo, las propuestas recibidas son de ocio, que hubiese animadores socio/culturales, asistentes sociales o trabajadores sociales que propusiesen y diseñasen las actividades concretas teniendo en cuenta el perfil de los usuarios así como sus previas peticiones. En caso de necesitar ayuda extra, podrían contratarse empresas externas o auxiliares.

-       Altos cargos: Sería necesario que existiese voluntad real de tener en cuenta las peticiones concretas que deberían autorizar; aunque si bien es complicado o imposible que asistiesen a todas y cada una de las reuniones que se hiciesen en todos y cada uno de los centros de la red de mayores, se podrían hacer reuniones cada X tiempo con una representación unipersonal de cada uno de los centros.

PLAN DE ACCIÓN:

Para ello debería haber una primera fase que debería realizarse en 2 niveles:

  •    Un primer nivel que podría realizarse todo de una manera “informal” (mediante asambleas celebradas en los centros, o mediante peticiones escritas; o, en el caso de los familiares, por medio de Redes Sociales incluso, o chat en tiempo real en las asambleas para quienes no puedan asistir presencialmente);
  •        y un segundo nivel algo más serio/profesional en el que una representación única de cada perfil profesional formase parte de una mesa de trabajo de todos los centros que componen la red que realmente estudiase mediante un análisis DAFO y aprobase las solicitudes o peticiones.

Finalmente una segunda fase hasta la plasmación de las decisiones en los instrumentos pertinentes y, sobre todo, el compromiso de las personas que finalmente toman las decisiones de tener en cuenta lo solicitado por los usuarios y el resto de personas y profesionales intervinientes en dicha toma de decisiones.

Para las reuniones del segundo nivel de la primera fase y las de la segunda fase, se podrían realizar por medio de nuevas tecnologías en las que la participación fuese por los actores implicados antes dichos, pero a la que tuviesen acceso como espectadores todas las personas que quisiesen.

Además, para mejorar la percepción que los potenciales usuarios y sus familiares tienen de dicho servicio público, se podría crear un portal en el que constasen (no por centros, sino en general) las proposiciones planteadas de manera trimestral y cuáles han sido aceptadas y se están llevando a cabo, así como las que no y los motivos de ello. Ello mejoraría el acceso a la información pública. Y además podría completarse con espacios publicitarios tanto en prensa, radio y televisión que diesen a conocer esta iniciativa.

REFLEXIÓN DE ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS:

La parte positiva del proyecto sería ofrecer servicios más personalizados y no tan encorsetados en la atención de nuestros mayores, lo que redundaría en la calidad del servicio público escogido y, sobre todo, en la percepción de las personas usuarias de que su opinión es tenida en cuenta y siguen formando parte de la sociedad, así como en el beneficio que para su salud mental supondría ello. También incidiría en la sensación de los empleados públicos involucrados de ser verdaderos actores en la prestación de los servicios públicos y su diseño. Y desde luego incidiría en la sensación de pertenencia a grupo y de confianza en el procedimiento participativo.

Todo ello fomentaría la participación de los usuarios y demás operadores, fomentaría la colaboración y cooperación tan necesarios en la visión de Gobierno Abierto.

La parte negativa, como en toda fase de toma de decisiones, es que es posible que todo fuese un proceso lento, dada la cantidad de personas o agentes sociales involucrados.


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